Tips para guardar Pashminas en verano


Explicamos qué hacer con los chales y foulares en verano


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Claves para que las pashminas se mantengan siempre nuevas

Aunque las lucimos a diario, no somos conscientes de lo delicadas que son las pashminas. El hilo con el que se fabrica este complemento proviene del pelo de las cabras del Himalaya. Este rumiante vive a unos cuatro mil metros de altura, en las montañas de la región de Cachemira, de ahí que a este tejido también se le conozca como lana de cachemira o cashmere.

Al tratarse de un tejido animal, es preciso seguir algunos cuidados para que nuestros chales y fulares luzcan impecables a pesar del paso del tiempo.

Algunas recomendaciones básicas para el cashmere

Los tejidos de cachemir, al igual que otros tejidos fabricados con fibras animales, son especialmente delicados. Estas fibras se componen mayoritariamente de proteínas, por lo que, si entran en contacto con el agua (sobre todo si es caliente), pueden deshacerse.

Debido a su delicadeza, este tipo de prendas deben lavarse a mano. En caso de querer meterlas en la lavadora, se debe elegir un programa especial para las prendas de lana y a una temperatura no superior a 30 º. Lo ideal es usar apenas detergente y evitar el centrifugado. Tampoco se puede escurrir, estirar o frotar los tejidos cuando estén mojados. En cuanto al secado, lo mejor es no poner el tejido sobre el radiador y evitar el contacto directo con el sol.

Para las manchas, la opción más segura es la limpieza en seco y, en el caso de olores fuertes, optar por dejarla ventilando.


Con estos consejos podemos mantener las pashminas como el primer día


🡕 Consejos para guardar pashminas en verano

Es indiscutible que los chales y fulares elaborados con la lana de cachemira son los reyes del otoño y el invierno pero... ¿qué hacer cuando llega el buen tiempo? Saber cómo guardar correctamente las pashminas en verano es esencial si queremos que no se deterioren para, de este modo, poder usarlas año a año.

Debemos guardar nuestra colección de pashminas en un lugar limpio y seco, lejos del polvo, de la luz y de los insectos. Ya vimos lo perjudicial que puede ser el agua para este tejido, por lo que es importante evitar que se manchen mientras permanecen almacenadas.

Dependiendo de las medidas de cada prenda, podemos optar por una opción u otra (en función de las necesidades). En el caso de fulares y chales de gran tamaño, podemos decantarnos por colgarlos de una percha de madera. Es preferible que la percha esté acolchada. De esta manera evitaremos arrugas o deformaciones en el tejido.

Para piezas más pequeñas y aquellas que vayan a estar guardadas por un periodo largo de tiempo podemos enrrollarlas en un tubo. Es una de las opciones más cómodas y fáciles para que las pashminas se mantengan intactas. Consiste simplemente en colocar el pañuelo sobre uno o dos papeles de seda, dependiendo del tamaño. Es importante usar papel de seda y no bolsas de plástico, ya que estas no permiten que la prenda respire.

Luego, procedemos a enrollar, sin apretar, el pañuelo sobre un tubo de cartón cuyo diámetro no supere los tres centímetros. Después, se cierran los laterales con la ayuda de unas gomas elásticas. Estas se colocan alrededor del papel de seda que sobresale por los laterales. Hay que tener cuidado de no apretar la pashmina con las gomas (para que no quede marca).

Por último, es importante tener en cuenta que la durabilidad de una prenda también está condicionada en gran medida por la calidad de sus tejidos. En este sentido, en Kashmir Pashminas nos caracterizamos por ser una empresa artesanal, natural y de comercio justo en la que mimamos al máximo cada prenda que realizamos.

Siguiendo los pequeños consejos anteriormente descritos, estamos seguros de que las pashminas tendrán una larga y feliz vida en los armarios de nuestros clientes.

 

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